Las principales compañías mineras en Chile han experimentado un incremento significativo en sus pagos por concepto de royalty durante el primer semestre de 2024. Antofagasta Minerals, por ejemplo, informó que el impuesto específico a la minería alcanzó los US$ 126,4 millones, lo que representa un aumento del 158% en comparación con los US$ 49 millones pagados en el mismo período del año anterior. Este incremento ha generado preocupación en la industria, que advierte sobre el impacto de la mayor carga tributaria en su competitividad.
Lundin Mining, operadora de las minas Caserones y Candelaria, también ha señalado un considerable aumento en sus pagos fiscales debido a la nueva normativa de royalty minero. Candelaria, que anteriormente contaba con una invariabilidad tributaria del 5%, ahora enfrenta una tasa cercana al 10%, lo que ha elevado sus costos operativos. En total, la compañía ha desembolsado más de US$ 115 millones en impuestos de primera categoría, subrayando su significativa contribución a la economía chilena y, en particular, a la Región de Atacama.
El incremento en la carga tributaria no solo ha afectado a Antofagasta Minerals y Lundin Mining, sino también a otras grandes mineras como Collahuasi y Escondida, que han reportado aumentos del 104% y 96% en sus pagos por tributos, respectivamente. Estas cifras reflejan la mayor carga impositiva impuesta por el nuevo royalty, que está afectando la competitividad de la industria minera en Chile.
Según el Consejo Minero, la carga tributaria de la minería ha aumentado en un 15%, situándose en un nivel de 44,7% de las utilidades antes de impuestos. Este nivel coloca a Chile por encima del promedio de los países con los que compite en el ámbito minero, lo que representa una desventaja adicional para la industria. Además, otros factores como la incertidumbre en los permisos y los altos costos energéticos también están afectando la competitividad del sector.
A pesar de estos desafíos, Lundin Mining ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia operativa para mitigar el impacto de la mayor carga tributaria y mantener su competitividad a nivel global. Sin embargo, la industria en general sigue alertando sobre los efectos adversos que estas medidas podrían tener en el futuro de la minería chilena.