A tres meses de la entrada en vigencia de la Ley Karin, diseñada para combatir el acoso laboral y sexual y la violencia en el trabajo, los primeros resultados arrojan cifras contundentes. Hasta principios de octubre, se habían registrado 4.820 denuncias y 1.852 atenciones psicológicas, cifras que, según el Ministerio del Trabajo, reflejan el impacto de esta normativa en el entorno laboral. El 76% de las denuncias provienen del sector privado, lo que evidencia la urgencia de un cambio cultural en empresas y organizaciones.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, destacó que la ley busca generar espacios laborales respetuosos y saludables, promoviendo el bienestar y el respeto mutuo. Este enfoque preventivo responde al Convenio 190 de la OIT, ratificado por Chile, que establece directrices para combatir la violencia y el acoso en el ámbito laboral.
Para Carla Rojas, coordinadora de Inclusión y Género de la Universidad de Chile y experta en la Ley Karin, su principal logro es impulsar una transformación cultural que promueva la inclusión y el respeto en los espacios de trabajo. «La Ley Karin fomenta un cambio cultural necesario. No solo es una normativa, sino una herramienta que incentiva la participación activa en la prevención», afirmó, destacando la importancia de las capacitaciones.
Los datos muestran que, en el sector público, el 73,4% de las denuncias se relacionan con acoso laboral, mientras que el 77% de las denuncias en este sector fueron realizadas por mujeres. Esto pone en evidencia una problemática persistente que afecta en mayor medida a las trabajadoras, tanto en el sector público como en el privado.
Según Rojas, la alta proporción de denuncias de mujeres responde a factores como la desigualdad en cargos de poder y los estereotipos de género que perpetúan roles de subordinación y dinámicas de poder desiguales en los espacios laborales.
El subsecretario de Previsión Social, Claudio Reyes, resaltó la importancia de que las empresas implementen medidas preventivas y no solo respondan ante denuncias. En la misma línea, Rojas subrayó que «no basta con tener políticas escritas; es necesaria una sensibilización constante que permita educar sobre los riesgos y efectos de la violencia y el acoso».
Los sectores de comercio al por mayor y menor, junto con la reparación de vehículos, concentran el 19,6% de las denuncias, mientras que servicios administrativos y enseñanza también presentan un alto número de reportes.
El verdadero reto de la Ley Karin será mantener y fortalecer este esfuerzo en el tiempo, con el compromiso de todos los actores involucrados, para que el respeto y la inclusión sean los nuevos pilares de la cultura laboral en Chile.